Sr. Juan Manuel Bonet, Director del IVAM
Regreso del puente fallero y tropiezo con el nepotismo de un político, una vez más, imponiéndose al criterio de un reconocido especialista, como lo es usted, en el ámbito artístico.
Según he podido saber, y fuera de toda consideración artística (incluso desde el desprecio a los mínimos criterios urbanísticos), el consejero de cultura, Sr. Tarancón, para resarcir al artista José Sanleón de las agresiones recibidas por su obra El Esclavo, decide plantarla sobre la explanada del IVAM, como si éste fuera una institución benéfico-social fundada para refugio de obras de arte maltratadas o lisiadas por la ciudadanía, y no un Instituto de Arte Contemporáneo dedicado a la exhibición de aquel arte contemporáneo que ha sido reconocido por su calidad y no por las afrentas recibidas.
Si el consejero de cultura desea resarcir al artista Sanleón de los daños sufridos por su obra y emplearla como un emblema de la tolerancia bien podría donarla a una oenegé contra la xenofobia, de las muchas que proliferan en nuestros días, o, mucho más sencillamente, dejarla en su ubicación inicial, para no dar razón de su desplazamiento a quien con el vandalismo ha conseguido moverla de donde estaba, y que los servicios municipales se ocupen de su limpieza, como hacen con un sinfín de esculturas callejeras tan víctimas del vecindario como lo puede ser El Esclavo.
Porque, pregunto yo, querrá, el consejero de cultura, dedicar la explanada del IVAM, a la tolerancia y la revancha de las agresiones recibidas por otras esculturas de la ciudad y, en ese caso, incorporar, p.e., la estatua de ese torero al pie de la plaza de toros que sufrió un asalto con amputación de brazo y montera, o, aun, acogerá la explanada del IVAM, la estatua de ese señor tan importante para la cultura valenciana que se impuso desde Unión Valenciana a la sensibilidad de muchos en la plaza del Ayuntamiento, y, también, agredida en su momento, por quienes se sentían heridos en su sensibilidad y la encontraban un anacronismo. Será, a partir de ahora, la explanada del IVAM, un albergue para todas las esculturas callejeras que son afrentadas por la ciudadanía en su falta de cultura y sensibilidad. Es, entonces, el consejero de cultura, una especie de Director General de la Consejería de Bienestar Social, fruto de una remodelación que el nuevo mapa político nos abre tras las elecciones del doce de Marzo.
Puedo, entonces, y sigo con mis preguntas, formar una brigada de asalto contra esculturas que quiero elevar a la explanada del IVAM (al cenit artístico español), fuera de todo criterio artístico y sólo amparándome en la labor benéfica que la Consejería de Cultura, junto con la COPUT, e imagino que la de Bienestar Social, han decidido emprender para bien del arte damnificado.
Estoy seguro que la explanada del IVAM no pertenece al IVAM y, también con toda seguridad, se escapa a las atribuciones del consejo rector el pronunciarse sobre qué debe y qué no estar ahí, pero el mismo consejero de cultura comete el lapso de afirmar que la escultura del artista Sanleón no se quitará del IVAM, luego, si es así, si se ha impuesto al IVAM, que sean sus órganos rectores quienes decidan; y que lo hagan en salvaguardia de la calidad artística y no en reparación de los agravios que un objeto, por graves que sean, haya podido sufrir.
Entienda, Sr. Bonet, esta carta como mi apoyo a su dirección artística del IVAM, y haga de ella el uso que desee, sepa, igualmente, que en lo que modestamente pueda contribuir, cuenta conmigo ante el atropello a que, otra vez, los políticos someten al arte, sus instituciones y sus especialistas.
Suyo afectísimo,
Nilo Casares, Crítico de Arte.
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