me invita a dictar un par de conferencias la *universidad de las islas baleares* dentro de un curso coordinado por elena ruiz en el museu d'art contemporani d'eivissa los días 17 y 18 de mayo. de las dos me gustaría destacar la primera de ellas, la que titulé _abc digital_.
ABC DIGITAL
A modo de introducción conviene desterrar la importancia del soporte a la hora de analizar una obra de arte, al menos hoy, cuando una fotografía gana un premio de pintura (algo de lo más normal ya que es la continuación de la pintura por otros medios) o también lo hace una escultura (resulta más chocante pero lo asumimos precisamente porque no establecemos distingos entre soportes), sin entrar a valorar el caso en que el mismo premio de escultura lo gana un vídeo, aunque si el auditorio quiere podemos hablar de videoescultura, que inicia Shigeko Kubota y está otra vez de moda. Pero con lo digital no nos encontramos ante un nuevo soporte ni es sólo un nuevo medio, nos enfrentamos a una infiltración en las estructuras reales de última hora que lo cambia todo, el arte pero también la vida y sus aledaños; así, que una obra sea digital o no, va a modificarnos las coordenadas habituales, de igual forma, la obra que no es digital, hecha después de las transformaciones de lo digital nos obliga a enfrentarla de una manera muy distinta; dicho de otro modo, la introducción de las latitudes digitales en nuestra cotidianidad ya es irreversible y no puede soslayarse para continuar haciendo las cosas como siempre, del mismo modo que no pudo ser ignorada la llegada de la imprenta y la expansión letrada que supuso (para mí, desde una óptica absolutamente digital, resulta extraño que el término códice sea justamente el empleado para el manuscrito y no para el impreso, aunque no debería ya que, en verdad, tan codificado está uno como el otro, si no más el manuscrito ya que menos gente era capaz de llevarlo a término, como hoy quieren los informáticos con sus códigos cerrados), hoy lo mismo pero en emisión digital, con telemando y la descodificación correspondiente (ninguna de ambas cosas baladí, por cierto).
Pero antes de entrar a señalar los rasgos de lo digital que me permitirán perfilarlo, voy a remontarme a mis ancestros, algo que me gusta poco pero que encuentro necesario en este contexto académico para aportar ciertos argumentos de autoridad que de otro modo me presentarían ante vosotros como un cualquiera.
0.- En el principio Aquiles perseguía a la tortuga y no la coge; y digo no la coge en presente porque sigue persiguiéndola, dadas las condiciones en que la carrera fue expuesta por Zenón de Elea, según unos sofista, o, si vemos otras fuentes, seguidor de las doctrinas de Parménides, de su mismo pueblo, con quien no veo más relación teórica que la territorial, aun cuando parece demostrado su pupilaje afectivo e intelectual. Debería explicar mejor esto, pero antes vayamos a los antecedentes, al pitagorismo preparmenídeo que tiene en mente Zenón cuando formula sus cuatro aporías de la dicotomía, Aquiles, la flecha y el estadio.
0.0.- Los pitagóricos, con su fundador al frente, supusieron que todo era decidible en números (reducible a número en una relación biunívoca estricta), de manera que, dada su particular comprensión del número como conjunto de cuentas a los que aplicaban una identidad entre la unidad (aritmética), el punto (geométrico) y el átomo (físico), para ellos todo se reducía a números pero entendidos como una sucesión de magnitudes discretas cuya formulación ejemplar podemos encontrar en la Tétrada, que iba del uno al diez, añadiendo una cuenta al número anterior para formar el dibujo de un triángulo, no debemos olvidar que sobre todo eran geómetras, más que aritméticos. Así si nos vamos al dibujo de su Tétrada vemos que no existe la posibilidad de hablar de un continuo matemático como en el que tan ricamente nos movemos hoy gracias a la existencia de entidades tan discutibles como el cero o el infinito, pero de imposible discusión porque nos son absolutamente familiares que nunca ponemos en duda. Al contrario, si nos las vemos con números enteros, que eso es lo que quieren decir las magnitudes discretas, es decir, cuentas no sujetas a división, entonces veremos que después del uno sólo puede venir, con naturalidad, el dos, tras él el tres y así hasta llegar a diez donde se acaba la cuenta porque me quedo sin dedos de las manos; éste y no otro es el significado de contar en base diez, utilizar los dedos de las manos.
0.0.0.- Los pitagóricos vivían tan ricamente en este mundo de enteros hasta que cayeron en una cuenta irracional, inconmensurable si se prefiere, aunque real, que eso es un número irracional el que es real pero no racional, y si los números racionales son aquellos que me dan razón de los enteros, también conocidos como quebrados, entonces el número irracional será aquel que no se sujete a razón pero que exista, sea real. Un número como el que nos encontramos cuando queremos averiguar la hipotenusa del triángulo rectángulo de lado uno, en ese momento nos encontramos con un número terrible, real sí, porque el objeto en cuestión existe (el triángulo rectángulo de lado uno tiene una hipotenusa que puedo pensar), pero del que no puedo dar razón numérica de lo pensado; algo que llevó, según lo cuenten, a los pitagóricos a eliminar a Hípaso de Metapontio tirándolo al mar por revelar a los no iniciados lo irracional (es decir, inexpresable numéricamente) e inconmensurable (es decir, de imposible medida) de algunas magnitudes, otros más benévolos piensan que él mismo se arrojó al mar incapaz de soportar tal desafuero para sus creencias, inmerso como estaba en un ambiente de euforia pitagórica. En cualquier caso, todo discurre en la ciudad, Metapontio, que ve morir al fundador de la escuela, Pitágoras, y allí debemos pensar que mueren sus intentos de reducir todo a una dicotomía que comienza con el enfrentamiento entre lo Limitado y lo Ilimitado, lo uno frente a lo otro, que daría lugar a una tabla de contrarios de veinte conceptos emparejados y que nacerían del par primario Limitado / Ilimitado (otra vez la Década que veíamos en la Tétrada y termina remitiéndonos a los dedos de las manos), una tabla de la que me resulta imposible dar exacta cuenta en tan pequeño espacio, aunque tampoco quiero dar muchas razones porque no me sirve enteramente para el propósito que ahora tengo, traer lo digital desde antiguo. Si el par primario es lo Limitado / Ilimitado también lo puedo escribir como lo cerrado / abierto, en esta búsqueda de la unidad y otredad de hoy, y reducirlo a un 0 / 1, con lo que ya me sale la cuenta digital que estoy buscando, y así podemos ver que este entendimiento de la realidad como sucesión de magnitudes discretas, digitales, podríamos datarlo, al menos, con Pitágoras.
0.0.0.0.- Zenón de Elea en su gusto por el artificio en el pensar nos aporta dos argumentos, que no siendo pitagóricos, podríamos pensar que anidó en ellos para despreciar la hipótesis de que nos movíamos en un continuo del que no podemos discriminar partes (es decir, que habitemos lo analógico) de una supuesta mayor precisión que el paradigma de lo discreto.
0.0.0.0.0.- Su primera aporía, la de la dicotomía, nos dice, en palabras de Aristóteles (Física. VI 9, 239b): «El primer argumento es acerca de la inexistencia del movimiento, pues el móvil debería llegar antes a la mitad que al final del recorrido». Y antes (Física. VI 2, 233a): «Por ello, el argumento falso de Zenón sostiene que no es posible recorrer magnitudes infinitas o estar en contacto con cada una de ellas, en un tiempo limitado». Y en otro lugar lo argumenta mejor (De lineis insecabilibus. 968a): «Además, según el razonamiento de Zenón, si es imposible tocar en un tiempo limitado infinitas magnitudes, tomándolas de una en una, pues es necesario que el móvil llegue primero forzosamente a la mitad del recorrido, es necesario que exista una cierta magnitud indivisible, pues lo indivisible carece absolutamente de mitad». De manera que lo que nos plantea Zenón es bien fácil de entender, si la distancia es infinitamente divisible, es imposible que yo llegue al final puesto que siempre tengo que pasar por la mitad del recorrido antes de hacerlo, de manera que la meta me exige pasar antes por una mitad del recorrido que siempre está ahí, así que no llego nunca al final de un recorrido infinito en un tiempo finito, pero como es forzoso que llegue, para que justifiquemos la realidad del movimiento, pues si yo me propongo andar hasta el final de esta sala (puedo hacerlo), entonces es necesario que mi recorrido no esté constituido por una división infinita de partes que tenga que ir salvando, si quiero respetar la realidad y conquistar la meta como podría hacer si me levantara y echara a andar; algo que no voy a hacer para no interrumpir la liturgia propia a las conferencias. Así vemos cómo Zenón nos enfrenta a la imposibilidad del movimiento absoluto cuando discurre por un espacio infinitamente divisible, es decir se niega el movimiento continuo uniforme de manera absoluta y nos dirige hacia el movimiento discontinuo, a saltos, vaya.
0.0.0.0.0.0.- Pero también lo va a hacer de manera relativa, y con ello vuelvo al principio de esta introducción, al presentarnos la persecución de Aquiles el de los pies ligeros, según palabras de Homero, a la tortuga. También utilizaré a Aristóteles para describirlo (Física. VI 9, 239b): «El segundo argumento es llamado "Aquiles". Es éste: el corredor más lento no será nunca alcanzado por el más rápido, pues es necesario que el perseguidor llegue primero al lugar de donde partió el que huye, de tal modo que el más lento estará siempre nuevamente un poco más adelante. Este argumento es igual que el de la dicotomía y sólo se diferencia de éste en que la magnitud que se agrega no se divide en dos». Con esta segunda aporía vemos negar la imposibilidad de un movimiento relativo sobre un espacio infinitamente divisible porque el corredor más veloz, en su persecución del lento, nunca llegaría a cogerlo ya que siempre tendría que pasar antes por donde lo hizo la tortuga, y todo ello en un tiempo finito, como no es posible, como la persecución tiene que tener fin y Aquiles atrapar a la tortuga, tal y como el sentido común indica, el espacio no es un continuo infinitamente divisible sino que está compuesto de partes discretas que posibilitan su recorrido en un tiempo limitado.
0.0.0.0.0.0.0.- Como vemos, nuestros abuelos del siglo -5, ya se plantearon la imposibilidad de sostener un mundo continuo infinitamente divisible, es decir, analógico, y prefirieron, en algunos casos, enfrentarse a un mundo entero, concreto, digital, decidible y mensurable. Para satisfacción de aquellos a quienes haya resultado antipático Zenón de Elea, les puedo decir que murió a la edad de setenta y ocho años torturado, mutilado y destrozado por sus paisanos, imagino que hartos de tanta aporía y negación del sentido común. Que sirva de ejemplo para no forzar las cosas y presentarlas con la mayor naturalidad. Aunque para quien resulte admirable, debe saber que murió como un héroe mordiendo la oreja del tirano que le estaba torturando como responsable de una revuelta y, según otros, tras morderse la lengua y escupirla contra el rostro del mismo tirano.
Veamos, tras pegar un salto abismal desde nuestros ancestros al hoy más rabioso, las consecuencias que la adopción de un modelo digital de explicación de la realidad comporta en la actualidad, lejos ya de los supuestos arcaicos que se movían entre cuentas para situarnos en una actualidad que se mueve entre ristras de unos y ceros:
1.- Polivalencia: lo digital puede ser una cosa u otra y llevarnos por ejemplo a la sinestesia, algo tan querido por los poetas malditos franceses y que para ellos era consecuencia de la ingesta de sustancias ajenas al organismo y que hoy logramos con construcciones extrañas a los átomos; y para comprenderlo mejor puedo recurrir a los sonajeros digitales.
2.- La, más que fugacidad, elevada mortandad debida sobre todo a dos causas:
2.1.- necesidad de un constante dinamismo impuesta por el medio digital: ejemplo doméstico ¿cuánto tardas en cambiar de ordenador?
2.2.- que por otro lado es la causa primera de mortalidad al cambiar con gran celeridad los soportes y desarrollos lógicos que sustentan las obras: ejemplo doméstico ¿cuánto tarda en quedar obsoleto tu ordenador, en la práctica muerto? que no es la misma pregunta que he realizado antes pues ahora me pregunto por la obsolescencia y antes lo hice por el aburrimiento, podemos repetirlo: cuánto tardas en aburrirte de tu ordenador y cuánto tarda éste en quedar viejo.
A pesar de que hay movimientos contrarios a este furor consumista impuesto por lo digital, los desarrolladores de GNU/Linux en código abierto, tampoco pueden impedir la inestabilidad de los formatos digitales que van siendo mejorados con el tiempo (con los sucesivos upgrades) y actualizados (con los updates de rigor) sin contar los distintos parches (patches), todo un convoluto que te trae de cráneo y hace que las cosas se mueran antes de llegar a viejas porque, como el Conejo Blanco del País de la Maravillas, siempre llegamos tarde.
3.- Pérdida de significado para el término 'original' (yo creo que en todas sus formas pero mejor lo discutimos)
3.1.- no existe diferencia entre original y copia porque no hay tal copia. Esto determina que el resto de sentidos del término 'original' sea mirado con recelo e incredulidad.
Al respecto el otro día se reían con unas declaraciones de Carmen Calvo, nuestra actual ministra de cultura, que, sobre al traslado de los 'papeles de Salamanca', decía que en esta ciudad se conservarían copias originales (se refería a facsimilares, obviamente) de lo que se enviase a Cataluña, fue el hazmerreír de la concurrencia y una verdadera satisfacción para mí ya que ella sí comprende el nuevo mundo en que nos encontramos, bien que a través de un dislate, por otro lado la mejor forma de reflejar una época de cambios.
3.2.- no existe creación ex novo porque, aunque no la haya nunca, aquí menos ya que nos nutrimos de lo que circula por ahí para transformarlo (ejemplo del copipego y el arte actual), el ámbito electrónico es muy propicio a la recombinación de lo existente tanto cuando era analógico como en su siguiente estadio digital. Esto puede resultar contradictorio con lo que diré un poco después a propósito del arte como intruso, pero siempre me ocurren estas cosas, así que doy por hecho que estoy condenado a nadar entre contradicciones porque hay más oleaje y lo paso mejor, lo contrario sería como ponerse a nadar en la bañera, de locos, vaya.
3.3.- se escapa al mal de la contemporaneidad que supone la patología de la originalidad, los autores ya no buscan tanto hacer lo nunca visto, inventar, como la proximidad con el otro, el acercamiento, por lo que más adelante diré al respecto de los enjambres de recepción y uso. Aquí resulta necesario un pequeño flashback para entender mejor este impulso no inventivo: Al ser lo uno como lo otro, acercarse es más fácil o está más presente como primera intención, ya que no podemos hablar con propiedad de la distinción entre lo uno y lo otro, al contrario que ocurría con el pitagorismo, para el que las relaciones de alteridad eran fundamentales, aquí las hemos sustituido por relaciones de identidad, una propiedad del Ser, en aquellos momentos, que hoy exige ser vuelta a demostrar ya que no parece tan clara como principio lógico de lo real.
4.- Es fruto del trabajo en equipo, esto ya comenzó antes de lo digital cuando se introdujeron los nuevos medios, con los inicios del vídeo se ve muy bien, momento en que los científicos se ponen al servicio de los artistas y al revés, supone el inicio de los MediaLab y la acuñación del término jáquer, que se da al unísono en los ámbitos informático (software y hardware) y de los nuevos medios (hardware, un buen ejemplo es el de Nam June Paik y el desarrollo de su vídeo-sintetizador). Sobre el término jáquer conviene desterrar muchos de los prejuicios tanto como desplazarlo del campo técnico para traerlo al nivel cotidiano en que nos movemos todos.
5.- Consecuencia de lo anterior es que el concepto de autor pierde fuerza al resultar las obras fruto de un equipo; por ello carece de interés qué mano hizo las cosas asignándoselas a un quien rotundo que lo ponga en la cadena incremental de prestigio de la cosa producida, vaya que si es de fulanito es más y mejor que si fuese de zutanito, en realidad quien lo hizo todo porque ni fulanito ni menganito se aclaraban y fue zutanito quien les sacó las castañas del fuego, así que entre fulanito, menganito y zutanito fue hecha pero se pone en circulación como obra de fulanito porque es más conocido.
Por otro lado, antes de que el arte occidental surgiera con su completa autonomía en el siglo 18, la figura del taller del artista era lo habitual, algo que ahora vuelve con pasamontañas y no de la misma forma ya que pocos están dispuestos a asumir la figura del maestro, mientras no tienen inconveniente con pertenecer a un grupo de trabajo. Quizá en el abuso de los talleres (workshops) que proliferan por doquier, se encuentre una reconciliación con el concepto de maestro que más valdría ir tirando por la borda ya que el conocimiento se desarrolla de forma comunitaria y no de manera piramidal, como bien nos enseñan los jáqueres.
6.- Debería traer aquí el concepto de enjambre utilizado en el ámbito de la NetWar (término, que podemos traducir por infoguerra, acuñado por John Arquilla y David Ronfeldt investigadores de la corporación RAND, fundada entre otros por Von Neuman para analizar la guerra justo al terminar la Segunda de las Grandes) porque de lo anterior se deduce también la importancia que tiene para el arte digital el establecimiento de redes de producción, por parte de la autoría, y de fruición, por la otra parte. No tengo ningún interés en entrar en la cuestión de la interactividad porque ésta siempre ha estado presente en el arte, si pensamos que el arte es un intruso que entra en tu vida, desde ese momento se plantea una discusión con el artefacto desconocido, tanto da que sea a nivel óptico (desde el que te inmiscuyes hasta el último detalle de un cuadro) que háptico con tu ratón (como podría hacer si estuviera manipulando los sonajeros digitales de los que traigo ejemplos).
En otro momento, ahora no tengo tiempo, entraré a reflexionar acerca de lo que supone para las obras de arte de raíz exclusivamente visual, como son muchas de las que pueblan el net.art, el ser necesariamente manipuladas de forma háptica, una transferencia de género que las lleva de lo picto-foto-cinematográfico a lo escultórico porque reciben un aporte extra de tridimensionalidad que ya encontramos en el cine (imagen bidimensional más prolongación temporal) que aquí se vuelve una curiosa tridimensionalidad newtoniana por compleción de la profundidad a través del ratón.
Pero lo que considero muy importante es el establecimiento de enjambres de recepción deslocalizados, se ve de forma muy clara en los juegos en línea para varios contrincantes, pero de la misma forma lo encontramos en los momentos compartidos por varios para presenciar una obra que se muestra de otra forma y se presta al intercambio de pareceres y al complemento de la información que los fruidores tienen sobre ella. Esto también afecta a los fruidores expertos, críticos de arte por ejemplo, entre los que me encuentro, que para poder disfrutar plenamente de muchas de estas obras deben recurrir a la información complementaria proporcionada por los distintos especialistas de las áreas implicadas en la realización de una obra.
Considero esta característica muy importante, el arte digital exige comunidades de circunstancia, enjambres de producción pero también del otro lado requiere una comunidad de circunstancia como enjambre de recepción. Exige compartir de una manera que el arte occidental desde su constitución autónoma ilustrada no había padecido, y es algo que lo hace peculiar y no sé todavía si pone en crisis la autonomía de la obra de arte, espero que no como egoísta ilustrado que soy, pero sí sé que es muy distinta a la recepción de la obra que supuso la revolución de la imprenta que estaría en la base de la formación de la individualidad (para leer necesito estar solo) y que con lo digital nos desplazaríamos hacia la formación de enjambres de 'prosumidores' como se dice por ahí, según el término acuñado por Alvin Toffler, en La tercera ola, intersección de las palabras productor y consumidor.
7.- Este intruso que es el arte tiene dos desarrollos que son importantes; el primero queda descrito como el alienígena que llega aquí sin ser esperado, salvo los encargos que están en decadencia tras la autonomía ilustrada (o no tanto, empiezo a pensar que en esto me equivoco al comprobar la proliferación de los a propósitos, las intervenciones, etcétera), pero que siguen confirmando su capacidad para entrometerse al entrar como elefante en cacharrería entre un público que es ajeno a estas cosas del arte contemporáneo después de que éste se haya empeñado en dar la espalda a la ciudadanía (ahora se podría discutir mi declaración de la nula novedad aportada por todo, también por el arte digital); el segundo supone el avance hacia la indistinción entre los átomos y los bits, lo cual hará de los objetos, incluso los no artísticos, una marcianada a la que nos tendremos que habituar a toda prisa porque, como sucede con todas las cosas de hoy, siempre llegamos tarde y nos vemos sometidos, la población entera, a un constante proceso de adaptación a los tiempos y modos que resulta tan fatigoso como estimulante.
Si la década de los ochenta se ocupó de fijar la distinción entre los mundos de los bits y los átomos, ante la maravilla de la aparición de los bits a nivel masivo, ahora los vemos correr al encuentro, se buscan porque unos son la consecuencia de los otros y ya están preparando reconciliación, matrimonio y vástagos. El ejemplo más claro lo tendríamos en la nanotecnología pero también en la realidad aumentada que ya no pretende tanto simular la realidad física desde la realidad virtual como hacer de la realidad virtual una extensión de la realidad física por hibridación, algo que también encontramos en los proyectos de arte genético en que ambos mundos se confunden y terminarán por establecer los alienígenas definitivos para los que no estamos preparados y con ellos sí que diremos que el arte es un intruso que ha entrado en tu vida sin permiso.
El ejemplo más sencillo de entrometimiento, y que cualquiera puede entender, lo tenemos en los virus para ordenadores tipo pecé con sistema operativo windows al que les entran cosas a cada poco y uno, según me cuentan, se sorprende al ver a su máquina dejar de hacer lo ordenado, algo así de inesperado siempre es el arte y mucho más ahora con los medios digitales.
8.- En definitiva, las nuevas tecnologías, el giro digital, modifica tanto la producción y distribución (difusión) como la fruición de las artes, un fuerte cambio que se deja notar en todas las artes a las que llega lo digital e incluso a aquellas otras a las que no llegando sí ha supuesto un cambio de época que modifica las relaciones entre el objeto artístico y su experiencia posible.
9.- Me gustaría dejar una idea en el aire sobre la que tengo que reflexionar y que me ha surgido, como siempre que me piden una conferencia, a raíz de la invitación para decir lo que estoy contando. El arte digital, la realidad digital, se asienta sobre lo polar pero no somos así, nadie es 1 o 0, abierto o cerrado, la realidad física, como la humanidad misma, es polivalente, multifactorial, cambiante y ajena a los extremos a que los desarrollos lógicos nos tienen acostumbrados desde el principio del pensamiento occidental y que debemos datar en la Grecia clásica con su afán por fijarlo todo entre lo verdadero y lo falso. Por fortuna, la moderna investigación lógica va por otro lado y con sólo poner el ejemplo de la 'fuzzy logic' (la lógica difusa) o los algoritmos implementados por inteligencia artificial, nos hacen esperar que al código binario, y a la trampa que encierra, le quede poco y sea un estadio de transición; pero es que además se está superando también desde las investigaciones en computación cuántica y biológica, que supondrán un establecimiento de patrones bien distintos a los que nos ha acostumbrado nuestra tonta maquinita llamada ordenador porque sólo es capaz de obedecer órdenes y medio ordenarlas si digeridas, veremos qué sucede cuando sea capaz de más cosas y supere la dicotomía del todo o nada (1 o 0) para sumergirnos en la complejidad de lo real desde lo real mismo.
23:30/25.05.2006
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